Nos encontramos en un primer piso en Barcelona, con cristaleras muy grandes en el salón/comedor.
Teníamos que buscar un tipo de cortina que le ocupara poco espacio, dejara entrar luz y no los vieran desde la calle. Lo solucionamos con verticales lama de 89: al poder graduar la posición de las lamas se consigue no estar encerrado en la estancia porque puedes ver fuera sin que desde la calle te vean. Elegimos un tejido color claro para que no quitara entrada de luz. Rompimos el blanco con alguna lama de color, lo que nos quitó la sensación de tener una pared cuando están cerradas y dar un toque de color queda muy bien.
Además de no tener que lavarlas, basta con pasarles el aspirador cada cierto tiempo. Lo más importante es que los clientes están muy contentos con esa solución.